La historia del Aikido es reciente. Inicia a principios del siglo XX y es fundada recién en 1942. Pero sus raíces provienen de la historia de otras artes marciales, siendo una de ellas el Daitō–ryū Aiki-jūjutsu, de la cual derivan otras artes como el judo, el jiujitsu y el hapkido, entre otras.
El Aikido es un arte marcial japonés moderno desarrollado por Morihei Ueshiba, conocido por sus practicantes como O Sensei (se traduce como “Gran Maestro”), a principios del siglo XX. Su filosofía y técnicas se derivan de varias disciplinas tradicionales japonesas, incluyendo el jujutsu, el kenjutsu y el aiki-jujutsu.
Morihei Ueshiba nació el 14 de diciembre de 1883 en la prefectura de Wakayama, Japón. Desde joven, mostró interés y talento en las artes marciales y la espiritualidad. Estudió diversas formas de jujutsu y kenjutsu, pero su desarrollo más significativo comenzó cuando se trasladó a Hokkaido en 1912 y conoció a Sokaku Takeda, un maestro destacado de Daito-ryu Aiki-jujutsu. La influencia de Takeda fue fundamental en la evolución del Aikido, proporcionando a Ueshiba las bases técnicas del arte.
El Aikido se distingue por su enfoque en la neutralización de la fuerza del oponente en lugar de oponerse directamente a ella. O Sensei concibió el Aikido no solo como un sistema de defensa personal eficaz, sino también como una vía para la armonización del individuo con el universo. Esta filosofía es encapsulada en el concepto de “Aiki”, que significa la unión de la energía física y espiritual para crear armonía.
En 1942, O Sensei estableció el dojo “Aikikai Hombu” en Tokio, hoy llamado Hombu Dojo, un lugar que es reconocido como el centro neurálgico y/o Meca del aikido, que se convertiría en la sede central del Aikido mundialmente reconocida. Durante las décadas siguientes, el Aikido ganó popularidad en Japón y en todo el mundo debido a su enfoque no competitivo y su énfasis en el desarrollo espiritual. Se considera un arte marcial que promueve la autodefensa sin dañar al agresor, utilizando movimientos circulares y técnicas de control.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos maestros de Aikido comenzaron a difundir el arte fuera de Japón, contribuyendo a su crecimiento global. En la década de 1950, maestros como Koichi Tohei y Kisshomaru Ueshiba, hijo de Morihei Ueshiba, desempeñaron roles clave en la expansión internacional del Aikido, estableciendo dojos y organizaciones en América del Norte, Europa y más allá.
Hoy en día, el Aikido es practicado por personas de todas las edades y nacionalidades, atrayendo a aquellos interesados en un enfoque marcial que va más allá de la competencia y se centra en el desarrollo personal y espiritual. La comunidad del Aikido continúa evolucionando, adaptándose a los tiempos modernos mientras preserva los principios fundamentales establecidos por su fundador, Morihei Ueshiba.
La historia del Aikido en Chile
El Aikido llegó a Chile en la década de 1960, impulsado principalmente por la difusión global del arte marcial a partir de maestros japoneses que viajaban y enseñaban en diferentes países. Los primeros practicantes chilenos comenzaron a formarse bajo la guía de instructores extranjeros y algunos visitantes japoneses que llevaron consigo los principios y técnicas del Aikido.
En esos primeros años, el Aikido se estableció principalmente en Santiago, la capital de Chile, donde se formaron los primeros dojos y se comenzó a enseñar el arte marcial de manera más formal. La comunidad inicial de practicantes era pequeña pero entusiasta, atrayendo a personas interesadas en explorar un enfoque de defensa personal que no se centraba en la competencia.
Durante las décadas de 1970 y 1980, el Aikido en Chile experimentó un crecimiento gradual a medida que más personas se familiarizaban con el arte y se formaban nuevos instructores locales. Esto coincidió con un aumento en la popularidad global del Aikido y la expansión de la red internacional de dojos y organizaciones.
En la década de 1990, se establecieron federaciones y asociaciones de Aikido en Chile que ayudaron a estructurar y promover la práctica del arte marcial en todo el país. Estas organizaciones facilitaron la capacitación de instructores locales, la organización de eventos y seminarios, y el intercambio con practicantes de otros países de América Latina y más allá.
Hoy en día, el Aikido continúa siendo practicado activamente en Chile, con una comunidad de entusiastas que van desde principiantes hasta practicantes avanzados y maestros que enseñan en varios dojos a lo largo del país. La influencia del Aikido se extiende más allá de la autodefensa física, fomentando valores de armonía, respeto y desarrollo personal que resonan con muchos chilenos interesados en las artes marciales y la cultura japonesa.